De ser un partido hegemónico y todopoderoso, el PRI se ha desmoronado en los últimos años, al grado de perder 12 estados de la República de 2018 a la fecha, 10 durante la corta gestión de Alejandro Moreno Cárdenas al frente.

Fundado en 1929, el tricolor mantuvo bajo su dominio a todas las entidades por 60 años y fue hasta 1989 cuando perdió la primera elección estatal, en Baja California, a manos del panista Ernesto Ruffo Appel.

Luego vendría en 1991 la victoria del panista Carlos Medina Plascencia, en Guanajuato, y un año después la de Francisco Barrio Terrazas, en Chihuahua.

Sin embargo, la debacle del PRI se precipitó en el último lustro, y de acuerdo con las cifras oficiales de los procesos electorales, ha sido directamente proporcional al avance y fortalecimiento de Morena al frente de los gobiernos estatales.

Antes de 2018, Morena no gobernaba ningún estado, pero actualmente se convirtió en la primera fuerza política de México, y con las cuatro gubernaturas ganadas en las elecciones del pasado domingo, gobernará 20 entidades, mientras que el PRI, que hace cuatro años gobernaba 14 estados, hoy sólo lo hace en tres.

El declive del PRI inició en 2018, cuando no sólo perdió la Presidencia, también Yucatán, frente al PAN, y Jalisco, con MC, pero la peor participación del tricolor se registró en 2021, cuando los ciudadanos le dieron la espalda en las urnas y perdió ocho gubernaturas de golpe: Campeche, Colima, Guerrero, San Luis Potosí, Sinaloa, Sonora, Tlaxcala y Zacatecas, con lo que pasó de 12 a cuatro gobiernos estatales en su poder.

El pasado domingo, el tricolor perdió dos estados ante Morena, Oaxaca e Hidalgo, este último por primera vez en su historia, aunque ganó Durango en alianza con el PAN y el PRD, con lo que gobernará tres entidades.

Así, en tan sólo dos procesos electorales, los de 2021 y 2022, Moreno Cárdenas se convirtió en el presidente del PRI con más derrotas electorales.

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