Lima.— Las protestas antigubernamentales se expandieron ayer en el sur de Perú, donde se reportaron enfrentamientos de manifestantes contra las fuerzas de seguridad en Cusco, en las que hubo 22 heridos, mientras se mantiene el pedido de renuncia de la presidenta Dina Boluarte tras las muertes de 17 civiles y un policía en la ciudad surandina de Juliaca.
Miles de ciudadanos, muchos de ellos vestidos de negro en señal de duelo, acompañaron en una procesión por las principales calles de Juliaca los ataúdes de un joven estudiante de Medicina, un vendedor de helados, una menor de edad y otras 14 personas que perdieron la vida en las protestas antigubernamentales que sacuden a Perú tras el fallido autogolpe del expresidente Pedro Castillo.
Las manifestaciones contra el gobierno reunieron a cientos de personas, gran parte de ellos campesinos llegados desde localidades del interior a las capitales de las regiones de Cusco, Ayacucho, Apurímac, Arequipa y Tacna, esta última fronteriza con Chile. En Cusco se reportó que decenas de personas marcharon por la ciudad y luego intentaron llegar hasta el aeropuerto internacional, que es vigilado por un numeroso contingente policial, que incluye la presencia de tanquetas antidisturbios. Mientras que los manifestantes lanzaron arengas contra el gobierno, un grupo buscó acercarse a la terminal aérea y hubo enfrentamientos con el uso de gases lacrimógenos.
De acuerdo con el reporte de la Gerencia Regional de Salud del Cusco, entre 22 heridos hay seis policías que sufrieron contusiones y uno presentó un traumatismo encéfalocreaneano, que requirió ser trasladado a otro centro médico. En Ayacucho, donde en diciembre pasado murieron 10 personas en las protestas, se cumplió con el segundo día de una paralización de 48 horas y hacia el mediodía una marcha numerosa llegó hasta la plaza principal, donde los participantes guardaron un minuto de silencio en homenaje a los fallecidos en Juliaca.
En la región de Apurímac, que fue otro de los epicentros de las protestas de diciembre, se reportó una paralización parcial, aunque paulatinamente se restableció el transporte público, pero manifestantes recorrieron las calles de la ciudad de Andahuaylas de manera pacífica para reiterar su rechazo al Ejecutivo y el Congreso. En Arequipa también se reportaron movilizaciones y el bloqueo de un puente en el norte, lo que obligó a numerosas personas a cruzar la zona caminando, bajo la vigilancia de militares y efectivos de la Policía Nacional.
En la vecina Tacna, donde en la madrugada se quemaron dos casetas de peaje en la carretera Panamericana Sur, decenas de manifestantes llegaron de manera pacífica hasta la plaza principal, aunque luego un grupo intentó acercarse a un centro comercial, por lo que la policía arrojó bombas lacrimógenas.
Medios locales mostraron que un grupo no identificado atacó con piedras la comisaría del distrito Gregorio Albarracín. El último reporte de la Superintendencia de Transporte Terrestre de Personas, Carga y Mercancías (Sutran) informó que hay 68 puntos de tránsito interrumpido, entre los que se encuentran 14 vías nacionales, en ocho regiones.
Boluarte expresó su apoyo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para el cumplimiento de su labor durante la visita del organismo al país. Estados Unidos pidió “moderación” y que se reduzca “al mínimo” el uso de la fuerza.