Washington, DC.— Los republicanos ganaron la mayoría en el Senado de Estados Unidos y se encaminaron a lograr la mayoría en la Cámara de Representantes; anteriormente, Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara Baja, declaró: “Ganaremos la Cámara [Baja]”; las contiendas para este recinto se llevaban a cabo estado por estado y las casillas cerraban en entidades cruciales que podrían definir el control del Congreso.
El Congreso estadounidense se divide en la Cámara de Representantes, donde estaban en juego los 435 escaños, y un Senado de 100 miembros, con 34 bancas en disputa este año.
Los conservadores tenían 51 senadores, la mayoría deseada, mientras que en la Cámara Baja tomaban la ventaja con 180 frente a 151. En las primeras horas de la noche del martes, el republicano por Virginia Occidental, Jim Justice, ganó el escaño que quedó vacante tras el retiro del senador Joe Manchin. Además, los republicanos contuvieron con facilidad los avances demócratas en Florida con la reelección del senador Rick Scott, quien destinó millones de dólares de su patrimonio personal a su campaña.
Justice fue elegido gobernador por el Partido Demócrata en 2016, pero cambió de bando hacia los republicanos poco después de llegar al cargo. La victoria de Justice aniquiló la ventaja demócrata de 51-49, con lo que los republicanos sólo necesitan una victoria más y poner la mira en Montana, Ohio y, posiblemente, Wisconsin, Pennsylvania y Michigan.
También el senador republicano por el estado de Texas, Ted Cruz, fue reelegido tras superar una agresiva contienda con su rival demócrata, Colin Allred.
Cruz consiguió aferrarse a su escaño en el Senado, que ha mantenido desde 2013.
También resultó electa la demócrata Sarah McBride, la primera persona transgénero elegida congresista en Estados Unidos por su estado natal de Delaware.
La mujer de 34 años, que ocupaba un escaño en el Senado local de ese estado del noreste del país, tendrá ahora una banca en la Cámara de Representantes, según las proyecciones de las cadenas de televisión NBC y CNN.
La contienda en Ohio entre el senador Sherrod Brown y el multimillonario candidato Bernie Moreno, quien cuenta con el apoyo de Trump, es la más costosa del ciclo electoral, con cerca de 400 millones de dólares.
Los demócratas trataron de aliviar sus pérdidas con avances en Texas y Florida, pero sufrieron una decepción prematura en ese último estado al decantarse la carrera por el Senado por el republicano Rick Scott. Si los republicanos ganaban en todos los distritos, tendrían 55 de los 100 escaños, lo que les dará un enorme poder.
Además, en Nebraska la atención se centró repentinamente en un estado que adquirió relevancia gracias a las competitivas contiendas para ambas cámaras, y en la que el independiente Dan Obsborn se enfrenta a la senadora republicana Deb Fischer.
Sobre la Cámara Baja, Pelosi dijo: “Creo que ganaremos la Cámara, que Hakeem [Jeffries] será el presidente [de la Cámara de Representantes]. Es necesario desde el punto de vista de nuestras políticas, pero también en términos de nuestra democracia, que el 6 de enero, tal como yo tomé el mazo la última vez, es importante que él tome el mazo para asegurarse de que la elección sea aceptada por el Congreso”.
Con el control del Congreso en juego, las siempre reñidas contiendas para la Cámara de Representantes y el Senado determinarán qué partido mantiene la mayoría y el poder para impulsar o bloquear la agenda del presidente, o si la Casa Blanca se enfrenta a un Capitolio dividido.
Al final, sólo un puñado de asientos, o incluso apenas uno, podría inclinar la balanza en cualquiera de las cámaras. Con el Senado dividido 50-50, el partido en la Casa Blanca determina la mayoría, puesto que el vicepresidente cuenta con el voto de desempate. Varios estados establecieron hitos con los ganadores de sus contiendas al Senado. El monitor no partidista de financiación política OpenSecrets informó que durante este ciclo se han gastado 10 mil millones de dólares en las campañas de los aspirantes al Congreso.