La campaña más tensa y polarizada de los últimos tiempos en Brasil tiene una prórroga: el líder izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva y el presidente de ultraderechista Jair Bolsonaro disputarán un balotaje épico.

La primera vuelta de este domingo concluyó con el expresidente Lula con un 48,4% de los votos, frente al 43,2% de Bolsonaro.

Hay distintas formas de mirar este resultado.

Una de ellas es que Lula quedó muy cerca del umbral de 50% que debía pasar en primera vuelta para volver al cargo que ejerció entre 2003 y 2010, menos de tres años después de salir de la cárcel y de que su condena por corrupción fuera anulada por errores en el proceso.

Pero otro modo de ver la votación del domingo es que Bolsonaro cosechó muchos más votos que lo anticipado por las encuestas, pese a las polémicas que rodearon su gestión, sus ataques a otros poderes del Estado y su respuesta a la pandemia de covid.

Cristiano Noronha, vicepresidente y analista de la consultora política Arko advice, con sede en Brasilia, descarta que se pueda anticipar el resultado de la segunda vuelta el 30 de octubre.

“Lula tiene un leve favoritismo porque llega por adelante, pero la disputa está abierta”, dice Noronha en una entrevista con BBC Mundo.

Lo que sigue es una síntesis del diálogo telefónico con este exprofesor de ciencia política:

¿Qué conclusión saca de esta primera vuelta que colocó a Lula y Bolsonaro en un balotaje?

Es la disputa más pareja entre dos candidatos que van a la segunda vuelta desde 1989.

La diferencia entre los dos candidatos fue de cerca de cinco puntos. Es una distancia que deja la disputa todavía abierta.

No existe un amplio favoritismo de ninguno de los dos candidatos. Obvio que Lula lleva una ventaja pequeña a la segunda vuelta. Pero es una disputa equilibrada, donde los detalles pueden hacer la diferencia.

Entre esos detalles podemos colocar los debates que habrá entre los dos candidatos y el desempeño de la economía, teniendo en cuenta que faltan 28 días para la segunda vuelta.

Los resultados de la primera vuelta muestran que Lula pasaría el umbral del 50% de los votos válidos si obtuviese menos de dos puntos porcentuales de apoyo. Usted dice que la elección todavía está abierta. ¿No es posible prever que Lula va a lograr esa diferencia?

Primero, tenemos que ver cuál será el nivel de abstención en la segunda vuelta, que puede ser alto.

Segundo, todavía hay un electorado que puede no haber votado en la primera vuelta y eventualmente decidir votar en la segunda.

El desempeño de candidatos que apoyaron a Bolsonaro fue sorprendente.

Lula llega con un leve favoritismo porque llega por delante, pero la disputa está abierta y los candidatos pueden cometer errores, incluso Bolsonaro.

Si la distancia entre los dos candidatos fuera superior a los 10 puntos, la contienda estaría prácticamente liquidada a favor de Lula. Pero no fue eso lo que vimos. Es una disputa apretada y cualquier desliz de ambos lados puede cambiar el escenario.

El resultado para Bolsonaro fue mejor de lo que muchos anticipaban, incluso las encuestas.

Mucho. Las simulaciones para la segunda vuelta mostraban que la distancia entre los dos era de 12 puntos porcentuales. Y no hubo esa distancia ni en la primera vuelta. Van a tener que rehacer esas metodologías para obtener un retrato más fiel de lo que va a ocurrir.

¿Bolsonaro sale fortalecido?

El resultado de hoy en cierta forma frustró un poco al PT, que inclusive había reservado la avenida Paulista para celebrar.

Y para Bolsonaro fue una buena noticia, en la medida qen ue buena parte de las encuestadoras lo mostraban muy por destrás de Lula, con una diferencia mayor de la que fue.

Bolsonaro está atrás de Lula, pero muchos en la campaña del PT esperaban cerrar la elección y defendieron mucho el voto útil. Entonces hay una cierta frustración en el equipo del PT y cierto alivio en el equipo de Bolsonaro.

¿Por qué Bolsonaro tuvo un apoyo por encima de lo que ha sido el índice de popularidad de su gobierno?

Bolsonaro en los últimos meses aumentó el Auxilio Brasil (programa de asistencia económica a gente de bajos recursos) y es obvio que eso tuvo un impacto positivo en una parte importante del electorado.

La economía viene presentando buenos resultados: la inflación había aumentado pero se redujo, el desempleo está a la baja y el PIB de Brasil está creciendo.

Y además de eso, el desgaste por el cual pasó el PT por los escándalos de corrupción en cierta forma fue perdonado por una parte del electorado, pero otra continúa rechazando bastante al partido.

La combinación de esos elementos termina reforzando al bolsonarismo.

La primera vuelta estuvo marcada por una polarización muy fuerte. ¿Cree que va a aumentar aun más?

En la confrontación directa tiende a aumentar esa polarización. A fin de cuentas, ahora son dos candidatos.

¿Y el riesgo de violencia política tiende a aumentar también?

Creo que no. Cualquier tipo de movimiento en ese caso sería negativo para el presidente, que creo que va a intentar moderar su discurso.

¿Lula y Bolsonaro están obligados ahora a presentar propuestas programáticas, que brillaron por su ausencia en la primera vuelta?

Les van a reclamar eso, pero creo que va a ser una mezcla de propuestas y también cada uno explorar lo más posible las fragilidades de sus adversarios.

Los candidatos van a tener que golpear de manera certera, pero también tienen que ser positivos porque al elector no le gusta que sea solo una pelea.

¿Qué cree que harán para la segunda vuelta los candidatos que quedaron en tercer y cuarto puesto, Simone Tebet (que tuvo 4,2% de votos) y Ciro Gomes (3%), así como sus votantes?

Ciro no anunciará apoyo a ningún candidato. Simone Tebet está más inclinada a apoyar al expresidente Lula.

Los electores de Ciro, que son en su mayoría de izquierda, potencialmente pueden ir más para Lula.

Los electores de Simone Tebet tienden a ser más alineados con cuestiones del agronegocio y de centro. Creo que mayoritariamente tienden a ir a Bolsonaro.

Entonces va a ser dividida esta cuestión.

También hay que ver el porcentaje de electores de Ciro y Simone que terminarán votando en blanco, nulo o se abstendrán.

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