El Senado de Estados Unidos rechazó por segunda vez este jueves un proyecto de ley que buscaba restringir la migración y el acceso al asilo en la frontera con México.
En un intento por culpar a la oposición de no querer llegar a un consenso para abordar el tema migratorio, el liderazgo demócrata de la Cámara Alta forzó la votación del proyecto a pesar de que no contaba con el apoyo suficiente para obtener luz verde.
Con 43 votos a favor y 50 en contra, esa normativa que incluía medidas para restringir el acceso al asilo en la frontera sur se hundió en el Senado.
La legislación endurece las medidas para que los inmigrantes puedan solicitar asilo y permite rechazar rápidamente a quienes no las cumplan. Faculta al presidente para cerrar la frontera si se cumplen determinados requisitos.
Pocos minutos después de la votación, que era el primer paso en el procedimiento para pasar a discutir el proyecto de ley, la Casa Blanca publicó un comunicado acusando a los republicanos de poner sus prioridades políticas por encima de la “seguridad nacional”.
“A los congresistas republicanos no les importa proteger la frontera o arreglar el sistema de inmigración de este país”, dijo el presidente Joe Biden, quien aspira a la reelección en las presidenciales de noviembre.
“Si lo hicieran, hubieran votado por la aplicación de la ley fronteriza más estricta de la historia”, añadió.
El texto del proyecto fue negociado por un grupo de senadores republicanos y demócratas a finales del año pasado, como parte de un acuerdo para obtener el apoyo de los conservadores para aprobar desembolsos a los Gobiernos de Ucrania e Israel.
En una primera votación en febrero, los republicanos hundieron el proyecto, después de que el expresidente y precandidato del partido conservador Donald Trump pidiera a los senadores que se opusieran.
Tras haberse aprobado la partida presupuestaria para ambos países a mediados de abril, el proyecto de “seguridad fronteriza” se estancó.
Los republicanos, por su parte, también acusan a los demócratas de estar priorizando sus intereses políticos al traer de nuevo al hemiciclo este proyecto legislativo.
“Lo que vamos a votar hoy no es un proyecto (…) es un mensaje político. Eso no nos ayuda como país”, señaló el senador James Lankford, quien fue parte del grupo que negoció el acuerdo con los demócratas en diciembre.
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