Avignon, Francia.- Cada testimonio en el megajuicio en Avignon contra Dominique Pélicot, el hombre acusado por drogar a su mujer, Gisèle Pélicot, para que la violaran desconocidos durante casi una década, es desgarrador.
Este viernes, además del relato de la hija de ambos, Caroline Darian, fue el turno de sus nueras, quienes sumaron detalles desconocidos de escenas que suman horror a la pesadilla.
Céline Pélicot, de 48 años, esposa de su hijo David, y Aurore Lemaire, de 37, expareja de su hijo Florian, contaron en el estrado que ellas también descubrieron que habían sido fotografiadas desnudas en secreto por su suegro, una realidad que fue difícil de digerir sobre un hombre al que consideraban “servicial” pese a sus ocasionales ataques de ira y que les hizo recordar escenas desagradables que incluían hasta a sus hijas.
Las mujeres también describieron la pesadilla que vivieron desde que se enteraron de los abusos de su suegro el 2 de noviembre de 2020, día en que estalló el asunto después de que Dominique Pélicot fuera denunciado por sacar fotos de las entrepiernas de mujeres en un centro comercial. Entonces, la policía registró su teléfono y su computadora y descubrió miles de videos y fotos de mujeres desnudas, además de las violaciones a su mujer mientras estaba inconsciente.
“Siento humillación, vergüenza”, dijo Aurore Lemaire. “Es un mundo que se derrumbó. Me mortifica ver que alguien puede abusar de otra persona sin ningún reparo”, agregó, mientras su suegro, de 71 años, seguía la audiencia desde un rincón del banquillo de los acusados.
Entre los videos encontrados en los archivos del acusado y descritos por Céline ante el tribunal figura una de ella desnuda y embarazada de sus gemelas en 2011, en la que se realiza un zoom sobre sus partes íntimas. Las fotografías terminaron en internet. “¿Pero a quién pertenecen y dónde están ahora o estarán dentro de 5, 10 años?”, se preguntó la mujer, para quien “todos los [seis] nietos de la familia perdieron su inocencia”.
Céline recordó también el día en que sus hijos encontraron a su abuela inconsciente hacia las 11 de la mañana. “Intentaron sacudirla, pero no reaccionó, así que se despertó hasta la tarde″, explicó.
La noche anterior, “nuestros hijos pudieron haber oído cosas, ya que estaban allí”, mientras probablemente violaban a su abuela, apuntó.
La mujer también recordó una imagen que, después de conocer el horror, adquirió otro significado. “No me gustó su mirada la vez que di el pecho a mi hijo delante de él. No volví a hacerlo”, dijo Céline, según el diario local Le Dauphiné. “Tampoco me gustó el día que salió desnudo de su habitación”, agregó.
Sin embargo, la peor escena está vinculada a sus hijas: “Un verano, en un supermercado, mis hijas le pidieron a su abuelo que les comprara un ventilador que contenía caramelos. Él respondió que lo haría si se mostraban desnudas. Eso fue en el verano de 2020, el último con la familia”.
Para Aurore, quien fue víctima de abusos en su infancia, este caso también le pasó factura. Los investigadores le mostraron fotos de ella en la piscina o desnuda en un baño. Entre ellas había “una foto del miembro de mi suegro sobre mi malla”, un montaje que estaba guardado bajo el nombre “Mi nuera guarra”.
“Sentí tanta rabia de ver la falta de respeto con la que se puede tratar a un ser humano”, aseguró.
Aurore también contó que un día sorprendió a Dominique Pélicot masturbándose en su despacho con la puerta abierta de par en par.
El testimonio de la hija
Dominique Pelicot es “uno de los mayores criminales sexuales de los últimos 20 años”, había afirmado antes Caroline Darian, durante su testimonio.
“¿Cómo puede una reconstruirse cuando lo sabe?”, se preguntó Caroline Darian, hija del principal acusado y que utiliza el pseudónimo que eligió al escribir el libro “Dejé de llamarte papá”, para proteger a su familia.
La mujer declaró durante unos 20 minutos en el tribunal de Avignon, en el sur de Francia, que juzga hasta diciembre a su padre y a otros 50 hombres, de entre 26 y 40 años, por violación con agravantes.
Darian recordó cómo su vida “cambió” el 2 de noviembre de 2020, cuando conoció los hechos. Su madre, a quien los policías acababan de explicar que fue víctima de violaciones durante años, la llamó para contárselo.
“Mi madre me dijo: ‘He pasado casi todo el día en la comisaría. Tu padre me drogaba para violarme con desconocidos’. Tuve que ver fotos’”, según el relato de la hija.
“Llamé a mis hermanos. Estábamos indefensos. Lloramos. No comprendíamos lo que nos pasaba. Sufrimos, un dolor que no se lo deseo a nadie”, abundó Caroline Darian, entre lágrimas.
Un día después, el 3 de noviembre de 2020, la policía de Carpentras, en el sur de Francia, les explicó a los tres hermanos que “entre 30 y 50″ hombres violaron a su madre Gisele Pelicot. Finalmente fueron 72 los casos registrados.
Ese mismo día, los policías le mostraron dos fotos de una mujer desnuda, aparentemente dormida. “Vimos sus nalgas en primer plano. Esta mujer dormía en posición fetal. No la reconocí”, recordó Darian ante el tribunal.
El investigador le aseguró entonces que era ella. “Descubrí que mi padre me fotografió, a escondidas, desnuda, ¿por qué?”, se preguntó su hija, convencida ahora de que su padre también la drogó, como a su madre.
Este viernes, además, Gisèle Pelicot, pidió a través de sus abogados el fin de las campañas de recaudación de fondos abiertas para ella y llamó a la “máxima moderación” en las redes sociales, en las que circulan los nombres de todos los acusados. La víctima solicitó que sus nombres se publicaran para exponer a su exmarido y este tipo de delitos.
mcc