Al menos dos grupos de migrantes fueron enviados desde El Paso, Texas, a Nueva York, siendo esta la segunda ciudad fronteriza que dispone autobuses para trasladar a los recién llegados al noreste de Estados Unidos, informó Univisión.com. La información fue confirmada al diario local El Paso Matters por el subdirector de la ciudad, Mario D’Agostino. Él explicó que la Oficina de Manejo de Emergencias de la Ciudad-Condado de El Paso es quien está financiando y proveyendo el servicio de transporte, que será reembolsado a través de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia (FEMA). “Nueva York era el destino preferido para aquellos que no tenían como viajar”, explicó D’Agostino.

El primer autobús salió de El Paso el martes pasado con 35 venezolanos. Llegaron el jueves a Nueva York. El segundo, salió el viernes con 18 migrantes más de distintas nacionalidades. El diario local cuenta que la mañana del viernes unos 50 migrantes de países como Colombia, Brasil, Perú y Turquía, fueron dejados por agentes fronterizos en el centro de bienvenida para personas sin hogar en la ciudad, El Paso’s Opportunity Center for the Homeless. Un tercio de ellos, explicó el director del albergue, John Martin, se alistó para montarse en el bus; el resto pensaba salir a diferentes ciudades de Estados Unidos.

Alexandria, su esposo Walter y su bebé de siete meses se irían en ese segundo autobús que viajaría a Nueva York. Salieron de su país, Perú, el 15 de julio, en una travesía, contaron a El Paso Matters, que emprendieron huyendo de la delincuencia, la violencia y las amenazas en su país. El apartamento en el que vivían fue saqueado: les robaron las máquinas de coser, las telas y la ropa que vendían para poder sobrevivir. “Se llevaron todo, dejaron el lugar hecho un desastre”, dijo Alexandria al diario local. Y cuando su historia fue reseñado en la prensa del país, comenzaron a recibir amenazas. “Empezaron amenazándonos con herirnos si no les pagábamos. Decidimos arriesgarnos y venirnos antes de quedarnos allá”, contó.

Migrantes como Alexandria y Walter suman entre los más de 9,000 que han sido enviados desde abril a Nueva York y Washington DC desde Texas y Arizona. Los gobernadores republicanos de ambos estados, Greg Abbott y Doug Ducey (segundo en hacerlo), comenzaron a montar a los migrantes en buses fletados para enviarlos a ciudades del noreste. Allí, aseguran, los gobiernos demócratas podrán darles atención que los estados fronterizos no pueden por el alto flujo de migrantes.

Los gobiernos de Washington DC y Nueva York han criticado la actuación de los republicanos. Aseguran que el envío de migrantes se ha realizado sin ninguna planificación o notificación a las autoridades locales. Esto ha generado que los albergues de la ciudad estén alcanzando su capacidad máxima y que las autoridades deban recurrir a las organizaciones no gubernamentales para tener asistencia. En el caso de Nueva York, por ejemplo, las autoridades han alquilado 11 hoteles para poder albergar a decenas de migrantes que están llegando día a día desde Texas.

Para responder, DC había pedido a finales de julio desplegar a la Guardia Nacional ante lo que considera es una “crisis humanitaria” provocada por la llegada inesperada de estos buses. Pero el Pentágono se negó a realizar el despliegue. Sus autoridades estimaron que las subvenciones a través del Programa de Alimentos y Refugio de Emergencia de FEMA era “suficiente” para asistir a los migrantes. El movimiento de personas en buses se ha mantenido desde abril: desde entonces las cifras de arrestos de la Patrulla Fronteriza en el límite sur han sumado casi 885,000 personas arrestadas al llegar al borde, en un año fiscal que aún no acaba y ya ha alcanzado un récord de detenciones, según cifras oficiales.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here