Por Édgar Luna Cruz
Noche de resurrecciones en el estadio Universitario, un Volcán que volvió a rugir, cuando pensaban que sus Tigres estaban más que entregados, que extintos.
La victoria sobre el favorito Toluca (4-1), manda un fuerte mensaje: Aún hay sangre en estos felinos a los que todos había catalogado de acabados, de viejitos. Pero hay vida en los regios y están a un paso de meterse a las semifinales.
Resurgieron los Tigres y si esto sigue así, Robert Dante Siboldi revalorará su carrera y ligará contrato para la siguiente campaña.
Resurrección de Tigres, comenzando con Diego Lainez quien al fin mostró el porqué de su fama al asistir el empate de Sebastián Córdova (13’). Resurrección de André-Pierre Gignac, quien volvió a anotar, aunque fuera de penalti, para meter el segundo (30’).
También volvió a la vida Juan Pablo Vigón, quien muy a su estilo, a base de fuerza y enjundia, entró al área y cruzó a Tiago Volpi para el tercero (45’).
Y salió de la tumba el Diente, Nicolás López, quien aprovechó un rebote para meter el cuarto (72’).
Debería pasar una catástrofe para que, en Toluca, a pesar de la altura y el horario, le dieran la vuelta a esta resurrección felina.
Parecía que sería una noche de terror para los felinos, cuando Leo Fernández, ex de Tigres, marcó de tiro libre, sorprendiendo a Nahuel Guzmán (7’). Todos esperaban lo peor, pero algo sucedió en los Tigres, algo dejó de suceder en Toluca para que se diera el escandaloso resultado.
Los Tigres mostraron otro rostro, otra forma de juego: asociación, velocidad y definición, tres simples conceptos a los que Ignacio Ambriz no supo responder y ahora deberá de buscar un milagro en el infierno, para acceder a semifinales.