Un hombre armado disparó desde un techo cuando transcurría el desfile por el Día de Independencia en este suburbio de Chicago y mató a por lo menos seis personas, incluyendo un mexicano, además de dejar heridas a otras 30, entre ellas dos de origen mexicano.

El autor del tiroteo fue identificado por las autoridades como Robert E. Crimo III, de 22 años. La policía desató una cacería del sospechoso, a quien describió como “armado y peligroso”, y quien conducía un Honda plateado.

Más tarde, el sospechoso “fue detenido sin incidentes” tras ser visto conduciendo en una autopista a las afueras de Chicago, informó la policía al diario Chicago Sun-Times.

El jefe de policía de Highland Park, Lou Jogmen, resaltó tras la detención que “vamos a tener que conectar [al detenido] con la escena del crimen, queremos seguir el proceso adecuado”. Añadió: “Nos sentimos alentados por tener a una persona de interés bajo custodia, pero de nuevo, vamos a seguir atendiendo a todo lo que nos llegue”.

Chris O’Neil, comandante de esta localidad de 30 mil habitantes a orillas del lago Michigan, refirió que dos docenas de personas habían sido transportadas al hospital de Highland Park. “Se ha confirmado la muerte de seis”.

Después, funcionarios del hospital precisaron que 19 fueron dados de alta, mientras que dos pacientes, en condición estable, permanecieron internados.

O’Neill comentó que el tirador usó un “rifle de alta potencia”, el cual fue recuperado.

La policía precisó que se hallaron “pruebas de arma de fuego” en un techo cercano por donde pasaba el desfile por el 4 de julio y encontraron una escalera que aparentemente empleó Crimo III para subir. Los responsables policiales no han ofrecido ninguna información sobre el posible móvil del tiroteo.

Entre los muertos identificados por las autoridades está un ciudadano mexicano, informó el gobierno de México. “Lamentablemente hemos confirmado a una persona de nacionalidad mexicana fallecida por disparo de arma de fuego en Highland Park”, escribió en su cuenta de Twitter Roberto Velasco, jefe de la unidad para América del Norte de la Cancillería.

El funcionario indicó también que dos de los heridos son “de origen mexicano”. El canciller Marcelo Ebrard confirmó el fallecimiento del paisano y expresó, vía Twitter, sus “condolencias a familiares y amigos”. “Acompañamos a la comunidad de Chicago en su dolor y tristeza por esta tragedia”, agregó el secretario de Relaciones Exteriores.

Medios como The New York Times hablaron de un mexicano fallecido, Nicolás Toledo, de 76 años, quien recibió tres impactos de bala mientras disfrutaba en su silla de ruedas del festival, al que acudió con su familia. Dos de sus familiares resultaron heridos. “Era dulce, cariñoso”, lo describió su nieta, Xochil.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo en su discurso sobre el 4 de julio que él y la primera dama, Jill Biden, estaban “conmocionados por la violencia sin sentido de las armas de fuego que ha vuelto a causar dolor a la comunidad estadounidense en el Día de la Independencia”.

“No voy a dejar de luchar contra la epidemia de violencia armada”, prometió, recordando que a fines de junio promulgó la primera legislación importante en décadas sobre control de armas, aunque reconoció que “queda mucho por hacer”.

Durante su discurso, Biden reivindicó un “patriotismo con principios” para garantizar la continuidad del país, y admitió que el proyecto de EU “se ha quedado corto en muchos sentidos”, pero que un patriotismo “que pone las aspiraciones de la mayoría por delante de las ambiciones de unos pocos” es la única manera de asegurar su continuidad.

El desfile llevaba poco más de 40 minutos cuando se empezó a oír lo que en un principio parecían “fuegos artificiales”, hasta que los asistentes comenzaron a caer heridos y se desató el pánico, con la gente corriendo para salvar su vida. El sujeto disparó al azar. A lo largo de la ruta del desfile podían verse sillas abandonadas y otras esparcidas tras la desesperada huida de los espectadores. “Todos pensaron que eran fuegos artificiales”, relató Zoe a CNN.

“Mi papá pensó que era parte del espectáculo, y yo dije: ‘Papá, no… algo anda mal’. Y lo agarré. Y volví a mirarlo, y luego fue sólo un mar de pánico, y la gente simplemente caía y caía”. Mientras corrían, dijo que a pocos metros detrás de ella vio “a una niña a la que le dispararon… la vi morir”, afirmó.

“No hay ningún lugar seguro”, dijo Barbara Harte, de 73 años, residente de Highland Park, quien por temor a un tiroteo masivo se había mantenido alejada del desfile, pero luego se aventuró a salir de su casa. Un hombre contó a The Chicago Sun Times que él y su pareja se separaron durante el caos y cada uno se llevó a uno de sus dos hijos. Él entró a un callejón y metió a su hijo “en un contenedor de basura para que estuviera a salvo”. Por la noche se registró otro tiroteo en Philadelphia. Dos oficiales resultaron heridos.

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