América mostró una cara desconocida. Los 14 partidos sin perder, el liderato, el récord de goleo, todo se olvidó y las Águilas cayeron en un momento crucial. La ilusión de la estrella 14, por ahora, está en dominio del diablo. Las semifinales de ida fueron para el Toluca (2-1) y todo se definirá el sábado en el Estadio Azteca.

Una remontada, como lo presume o los caracteriza, es a lo que aspiran las Águilas si quieren avanzar a la final. Por ahora, dos mazazos de Haret Ortega y de Leo Fernández los tiene con la. Ilusión trastocada.

Después de 20 minutos de dominio americanista, comenzó el concierto de errores azulcrema y los aciertos de los Diablos Rojos. El primero al 23′. Balón parado al área de las Águilas, una pésima salida de Guillermo Ochoa y Haret Ortega aprovechó para empujar el esférico que quedó a merced del ataque rojo.

El América de los primeros minutos se esfumó y quedó un cuadro temeroso, impreciso y al 40′, Emilio Lara lo confirmó con un infantil penalti sobre Camilo Sanvezzo. El juvenil lo sabía, falló de manera increíble y los puñetazos que se propinó en su cara eran el reflejo del lapso que pasaban las Águilas.

El desconcierto azulcrema continuó en la parte complementaria y Sanvezzo hizo el 3-0, pero la anotación fue invalidada por fuera de juego. Envión anímico para los emplumados. Al 78′, Emilio Lara limpió su error y acortó distancias con su anotación. Toluca estaba perdido, no volvió a atacar y América estuvo cerca del empate en par de ocasiones.

Marcador que le salió barato a las Águilas después del pésimo partido que ofrecieron en el infierno. Ahora, deberá apelar a su repetida historia: las remontadas. Matar o. Morir en el Coloso de Santa Úrsula.

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