Por César Huerta Ortiz
Podría decirse que el gobierno estadounidense se la “debía” a Tom Cruise desde hace casi cuatro décadas.
En 1986, con el estreno del torbellino “Top Gun”, los jóvenes comenzaron a mirar hacia el ejército de las barras y las estrellas como una buena opción de vida, incentivados por la acción y galanura del entonces joven actor.
En el libro Operación Hollywood, que daba cuenta de la relación del Pentágono con el cine estadounidense en toda historia alusiva a las fuerzas armadas (menos en las concernientes a extraterrestres), Matt Morgan, antiguo jefe de la oficina de relaciones con el cine de los Marines, admitía que luego del lanzamiento de “Top Gun”, había aumentado drásticamente los reclutas del programa naval de vuelo, algo que no era común hasta entonces.
Para entonces, Cruise (Siracusa,NY, 1962), vivía la vida loca. Era el imán de taquilla que todos buscaban y que lograron reclutar para “El color del dinero”, al lado de Paul Newman; “Días de trueno”, con la que sería su esposa, Nicole Kidman y “Nacido el 4 de julio”, que le dio nominación al Oscar por su papel de un militar paralítico por la Guerra de Vietnam, vitoreado por los veteranos estadounidenses.
Creencia sin fe
Pero algo pasó en los 90s: lo atrapó la cienciología, una religión no dogmática, es decir, no basada en la fe, sino en el conocimiento propio, pero dentro de la cual sólo se puede avanzar en etapas conforme a pagos económicos.
Ahí fue donde conoció a su primera esposa, Mimi Rogers, y también donde fue “curado” de la dislexia que padecía. Pero también se ha dicho que por ella se divorció de Katie Holmes y se alejó de su hija Suri, quien hace poco anunció que dejaría de llevar el apellido de su padre.
En 2005 se vio envuelto en una polémica mediática luego de criticar abiertamente a la actriz Brook Shields (“La laguna azul”) por usar medicamentos para tratar la depresión, calificando además a la psiquiatría como ciencia. Brooke respondió por medio de un artículo en The New York Times defendiendo la ayuda profesional en casos psicológicos, lo que provocó que el actor se disculpara con su colega, pero sin retractarse de sus ideas sobre la especialidad médica.
La discrepancia entre ambas figuras provocó opiniones a favor y en contra de Cruise. Y el gobierno estadounidense no fijó postura, a pesar de que años antes el creador de la cienciología, Lafayette Ronald Hubbard, había enfrentado varios juicios y fue declarado mentalmente incompetente por especialistas en psicología y psiquiatría.
Reconocido
En octubre de 2020, mientras filmaba la séptima entrega de “Misión imposible”, Cruise fue reconocido por la Fuerza Aérea Naval como Aviador Naval Honorario.
“En la historia del cine, no hay película de aviación más icónica que Top Gun de 1986. Sus personajes, diálogos e imágenes están arraigados en la mente de toda una generación de estadounidenses. La cinta capturó los corazones de millones, lo que ha tenido un profundo impacto positivo”, se informó en ese momento en un comunicado oficial.
Así que lo ocurrido el martes, cuando la Marina de Guerra le otorgó el Premio al Servicio Público Distinguido por sus décadas de defensa de la marina a través de muchas películas, como “Top Gun: Maverick”, ya era algo esperado.
O mejor dicho, se lo debía desde hace años.
melc