Quito.- El candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio, asesinado a tiros por presuntos sicarios colombianos el miércoles, fue sepultado el viernes en Quito tras ser homenajeado por varios cientos de simpatizantes que reclamaron justicia.
Entrada la noche, el cuerpo de Villavicencio fue inhumado en el cementerio Monteolivo del norte de la capital, en un acto privado al que asistieron pocas personas.
Previamente, el féretro había sido trasladado hasta el auditorio de un centro de exposiciones, en medio de reclamos de sus hermanos que denunciaban que no les permitían ingresar al velorio íntimo por diferencias familiares.
En el lugar de los honores, sus seguidores ondearon pequeñas banderas de Ecuador, que afronta un embate de la violencia vinculada al narcotráfico.
En las paredes colgaban enormes pancartas con el rostro del político, que fue asesinado presuntamente por pistoleros colombianos cuando el miércoles salía de un mitin en Quito.
“Mi poder en la Constitución”, decía una simbólica banda presidencial colocada sobre el féretro cubierto por la bandera nacional.
Una pantalla gigante mostraba videos del candidato en sus recorridos de campaña para las elecciones generales anticipadas del 20 de agosto, en las que estaba perfilado como el segundo con mayor intención de voto.
Policías con fusiles cargaron el ataúd, que avanzó en medio de un fuerte esquema de seguridad.
Por este caso hay seis detenidos, todos colombianos. Otro sospechoso, también colombiano, falleció tras un enfrentamiento con la seguridad de Villavicencio.
“Anteayer acribillaron la democracia, anteayer mutilaron parte de la lucha contra la corrupción”, dijo durante el homenaje Antonio López, su jefe de campaña.
Experiodista de investigación y exdiputado, Villavicencio era conocido por sus constantes denuncias sobre millonarios casos de corrupción, especialmente en el sector petrolero.
“Lucharé hasta identificar (a los culpables) y no dejar esto en la impunidad”, expresó su amigo y periodista Christian Zurita, con el que realizó una indagación que llevó al banquillo al exmandatario socialista Rafael Correa (2007-2017), quien terminó condenado en ausencia a ocho años de cárcel por corrupción.
Villavicencio, exmiembro de la Asamblea Nacional disuelta por Lasso en mayo para poner fin a una “grave crisis política”, lo que dio paso a los comicios anticipados, era el segundo favorito con 13,2% de la intención de voto, detrás de la abogada Luisa González (26,6%), afín a Correa.
Tamia, una de los tres hijos del candidato, recordó la última conversación que tuvo con su padre, quien la impulsó a estudiar música.
“Con lágrimas en sus ojos nos dijo: yo he sido más de lo que pensaba”, contó a la prensa la joven de 27 años, que en las afueras del velorio entonó una canción en memoria de Villavicencio.
A los pedidos de su familia de que usara protección como chaleco antibalas, recordó: “Nos enseñó a vivir sin miedo, que vivir sin miedo sea nuestra más grande protección en la vida”.
Tras el crimen, Ecuador decretó el jueves el estado de excepción por 60 días, que permite la movilización de militares a las calles, y anunció la colaboración del FBI en la investigación del inédito hecho. La policía de Colombia también apoya las indagaciones.
El presidente Guillermo Lasso también declaró tres días de luto nacional y acusó al “crimen organizado” de haber ejecutado al candidato.
Los candidatos presidenciales Yaku Pérez, Xavier Hervas, Otto Sonnenholzner y Bolívar Armijos firmaron un “acuerdo por la seguridad y la paz”, en el que exigieron “acciones urgentes para brindar garantías” al proceso electoral.
Además pidieron “celeridad, transparencia y rigurosidad” en la investigación del asesinato.
Villavicencio, quien la semana pasada denunció haber sido amenazado por el líder de una banda del narco que está detenido, es la víctima más reciente de ataques fatales contra políticos.
Durante la actual campaña, el alcalde de la costera ciudad de Manta (suroeste), Agustín Intriago, fue asesinado a bala cuando recorría una obra municipal, así como un aspirante a diputado.
Otros dos candidatos a alcaldías también fallecieron al ser atacados antes de los comicios locales de febrero.
Ecuador, antes un oasis de paz en medio de Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo, cerró 2022 con una tasa de 26 homicidios por cada 100.000 habitantes, un récord en la nación con 18,3 millones de habitantes.