La modelo Linda Evangelista volvió a la portada de la revista Vogue. Lo hace por primera vez desde que contó que quedó “deformada” por un procedimiento cosmético que salió mal.
Todas las fotos de la revista solo muestran la parte frontal de su rostro, con el cuello, las orejas y el cabello tapados.
Además, se usó cinta adhesiva y elástico para estirar y amoldar su cara, mandíbula y cuello y así ocultar los problemas causados por el tratamiento de congelación de grasa que se hizo y que “fue contraproducente”.
“Esa no es mi mandíbula ni mi cuello en la vida real. No puedo caminar con cinta adhesiva y elásticos puestos en todas partes”, contó la modelo.
Evangelista explicó a la revista que estaba tratando de amarse a sí misma tal y como era.
Y, aunque las fotos, llenas de trucos y retoques, podrían decir lo contrario, ella se explicó: “Pero para las fotos… siempre he pensado que estamos aquí para crear fantasías. Estamos creando sueños. Creo que eso está permitido. Además, todas mis inseguridades se han cuidado en estas fotos, así que tengo que hacer lo que amo hacer”.
“Brutalmente desfigurada”
Hace casi un año que la supermodelo canadiense, uno de los rostros más conocidos en las pasarelas y portadas de revistas de las décadas de los 90 y los 2000, contó que había desaparecido de los focos porque había quedado “brutalmente desfigurada” por un prodecimiento de reducción de grasa sin cirugía.
Contó que el CoolSculpting, el nombre comercial de la criolipólisis, un tratamiento que usa temperaturas frías para reducir los depósitos de grasa, salió mal y tuvo un efecto secundario raro: las células grasas aumentaron en vez de disminuir.
“Si hubiera conocido los efectos secundarios, que incluye que puedes perder tu sustento y terminar tan deprimida como para odiarte a ti misma… No habría corrido ese riesgo”, dijo Evangelista a la edición británica de
Vogue.
Linda Evangelista, vista aquí en 2015 antes de realizarse el procedimiento que le causó HAP, no se ha mostrado en público desde entonces y afirma que quedó “irreconocible”.
Explicó que se había sentido atraída por el tratamiento debido a la publicidad y a su propia vanidad.
“Los anuncios de CoolSculpting estaban todo el tiempo en CNCN, en MSNBC. Una y otra vez. Y preguntaban: ‘¿Te gusta lo que ves en el espejo?’ Me estaban hablando.
“Era grasa que rebelde en zonas que no se movían. Decía que no había periodo de reposo, no había cirugía. Bebí la poción mágica. Y lo hice porque soy vanidosa. Lo hice y fue contraproducente”.
La modelo demandó a Zeltiq Aesthetics, la compañía detrás del tratamiento. En julio detalló que la demanda había sido resuelta.
En comunicado remitido a Vogue, Zeltiq expuso: “Nos complace haber resuelto este asunto con la señora Evangelista. Nuestro enfoque sigue siendo fortalecer la confianza al proporcionar productos y servicios estéticos seguros y confiables respaldados por la ciencia.
CoolSculpting es un producto aprobado por la FDA (agencia de Administración de Medicamentos y Alimentos del gobierno de Estados Unidos) y es un tratamiento no invasivo para los bultos de grasa visibles en nueve áreas del cuerpo”.
“Sabía lo que valía”
En otro momento durante la entrevista de Vogue, Evangelista recuerda sus primeros días como modelo y su ascenso a la fama en la década de los 80.
Cuando le preguntan si era consciente de su belleza y si los chicos querían salir con ella, respondió: “¡No! Tenía montones de amigos, pero no. ¿Sabes qué fue lo que pasó? Era alta y la gente solía decirle a mi madre: “Oh, es alta. Debería ser modelo”. Era eso y que yo estaba obsesionada con la moda”.
También habló sobre la campaña en la que estuvo para obtener salarios más altos para las modelos. “Tenía el poder de ser capaz de resistir”.
“Eso fue todo. Pero también pensaba en otras industrias. A los atletas no les pagan los mismo. A algunos se les paga más por lo que aportan al juego. No era cuestión de pensar que era mejor… Pero yo sabía lo que valía”.