Coricancha, también llamado Koricancha, Qoricancha o Qurikancha, (del quechua, Quri oro y kancha recinto o templo,”Recinto dorado”) fue el templo más importante durante el Imperio incaico, el cual fue posteriormente destruido casi por completo por los españoles durante el proceso de colonización. El yacimiento se encuentra en la ciudad de Cuzco, en el Perú.
El Coricancha fue construido en 1438 en el sitio del asentamiento más antiguo de Cuzco. Si bien el legendario Manco Cápac eligió la ubicación entre los dos ríos, Río Huatanay y Río Tullumayo, por razones militares y de riego, para fundar Inti Cancha -una pequeña casa en la que vivían sus hermanas- Pachacútec aumentó la importancia sagrada del lugar: había rediseñado Cusco en forma de puma, un antiguo símbolo de poder asociado con el culto lunar, con el Coricancha colocado exactamente debajo de la cola de puma.
Además del templo del sol absidal, el recinto comprendía cuatro complejos de templos más pequeños que rodeaban un patio del templo en tres lados. El frente tenía un hermoso muro de la más fina mampostería, uniformemente decorado con una franja continua de oro puro a tres metros del suelo, un noble e ingenioso techo de paja corto, que estaba sostenido por una malla de alambre de oro.
Las paredes estaban formadas por piedras naturales, perfectamente entrelazadas sin cemento, con una forma de cojín ligero en los lados que enfatiza la simplicidad estética del edificio. Los bloques de piedra se estrechan hacia la parte superior, enfatizando visualmente la altura aún más.
En uno de los bloques de la segunda capa de piedra se aprecian tres huecos que posiblemente sirvieron para drenar el agua de lluvia del patio o de la chicha sacrificada. Según los experimentos de Augusto León Barandiarán, se pueden escuchar las notas musicales re, la y sol cuando se golpea a los agujeros.
La circunferencia del templo era de más de 365 metros. Su portal principal estaba en el lado norte. Esta, al igual que las entradas laterales, estaba cubierta con planchas de oro. En ese momento no existía un atrio triangular que sirviera de entrada al templo colonial y el muro sinuoso en ángulo recto con las calles Ahuacpinta, en el que se conserva un trozo del muro original, de casi sesenta metros de largo. En el lado opuesto de esta calle, el muro serpentea en una curva de más de 90 grados y continúa con una curva suave que se acortó durante la construcción del templo. El muro de Coricancha estaba coronado por un sistema de terrazas que una vez descendían hacia el río.
Ahora existe un museo arqueológico cercano, que tiene exhibiciones interesantes que incluyen momias, textiles y objetos de culto.
Originalmente nombrado Intikancha o Intiwasi, fue el principal templo inca dedicado al Inti (el Dios Sol inca), y está ubicado en la antigua capital Inca del Cusco. La mayor parte del templo fue destruido después de la guerra del siglo XVI con los conquistadores españoles, ya que los colonos también lo desmantelaron para construir sus propias iglesias y residencias.
Gran parte de su mampostería se utilizó como base para el Convento de Santo Domingo del siglo XVII que fue reconstruido después de que el terremoto de 1650 destruyera el primer convento de dominicos.
El ingenio Inca
Para construir Coricancha, el Inca utilizó mampostería y sillería, construyendo a partir de la colocación de piedras cuboides de tamaño similar que habían cortado y moldeado para este propósito. El uso de sillería hizo que el templo fuera mucho más difícil de construir, ya que el Inca no utilizó ninguna piedra con una ligera imperfección o rotura.
Al elegir este tipo de mampostería, el Inca demostró intencionalmente la importancia de la construcción a través de la extensión del trabajo necesario para construir la estructura. A través del arduo trabajo necesario para construir edificios con sillería (mampostería es piedra puesta con las manos, sillería son grandes bloques), esta forma de construcción llegó a significar el poder imperial del Inca para movilizar y dirigir la fuerza laboral local.
La réplica en toda la América del Sur andina de las técnicas arquitectónicas incas, como las empleadas en Coricancha, expresó el alcance del control inca sobre una vasta región geográfica.
La riqueza de Coricancha
Pachacútec Inca Yupanqui reconstruyó Cusco y la Casa del Sol, enriqueciéndola con más oráculos y edificios, y agregando planchas de oro fino. Proporcionó jarrones de oro y plata para las Mama-cunas, mujeres enclaustradas, para usar en los servicios de veneración. Finalmente, tomó los cuerpos de los siete incas fallecidos y los adornó con máscaras, tocados, medallas, brazaletes y cetros de oro, colocándolos en un banco de oro.
El templo poseía muchas divinidades al interior, pero en diferentes nichos, y como principal, el Dios del Sol (Inti), representado por una figura masculina llamado Punchaocanchiq, en tamaño real hecho de oro, y en otros como la diosa Luna (Mama Quilla) representada por una figura femenina hecha en plata. Además en el patio central se encontraban vicuñas, aves, árboles, plantas como el maíz, etc todo en tamaño real hecho de oro y plata.
Las paredes una vez estuvieron cubiertas de láminas de oro, y el patio adyacente estaba lleno de estatuas de oro. Los informes españoles hablan de una opulencia que era “increíblemente fabulosa”. Cuando los españoles en 1533 requirieron que el Inca recaudara un rescate en oro por la vida de su líder Atahualpa, la mayor parte del oro se recogió en Coricancha.
A prueba de terremotos
Los colonos españoles construyeron el Convento de Santo Domingo en el sitio, demoliendo el templo y utilizando sus cimientos para la iglesia. También utilizaron partes del edificio para otras iglesias y residencias. La construcción tomó casi un siglo. Este es uno de los numerosos sitios donde los españoles incorporaron mampostería inca en la estructura de un edificio colonial.
Grandes terremotos dañaron severamente la iglesia, pero los muros de piedra inca, construidos con enormes bloques de piedra fuertemente entrelazados, aún se mantienen en pie debido a su sofisticada mampostería de piedra. Cerca hay un museo arqueológico subterráneo que contiene momias, textiles e ídolos sagrados del sitio.
Esta obra Inca en la cual quedan pocos cimientos resistió tres terremotos (1650, 1749 y 1950) sin sufrir mayor daño, a diferencia del templo español que se hizo pedazos. Después del suceso de 1950, en 1956, se inició la reconstrucción del templo de Santo Domingo (bajo la supervisión de la UNESCO) con algunas modificaciones, dando preferencia en exponer los muros Incas, formando así una cubierta en la mayoría de las partes de los muros de Qorikancha.