Por Araceli García
El pasado mes de mayo se volvió viral el trend del cineasta Wes Anderson, al que se subió hasta la marca de juguetes “Mi alegría”. ¿En qué consistía? En hacer videos cortos replicando la estética del cineasta estadounidense: como tomas simétricas, una paleta de colores pasteles y planos llenos de objetos perfectamente acomodados; todo esto acompañado por uno de los temas de la cinta “La crónica francesa” (compuesto por Alexandre Desplat).
El cine del nacido en Texas es fácil de identificar para quienes han visto al menos uno o dos de sus filmes, pero si algo nos demostró ese trend es que no tienes que ser fan para disfrutar su trabajo, o al menos su tradicional propuesta estética, esa que con apenas ver segundos de unos de sus filmes, nos deja claro que estamos frente a una cinta de Anderson.
Así sucede con el título más reciente en su carrera, “Asteroid City”, pues con tan sólo ver los créditos iniciales ya sabemos que nos aventuraremos en un viaje al mundo del cineasta, en este caso, hacia una ciudad ficticia que funcionará perfectamente bien para la historia donde temas tan controversiales como el duelo por la muerte de un ser querido o la existencia de seres extratrerrestres, resultan mucho menos impactantes para los personajes que los viven de lo que serían en la vida cotidiana.
El elenco. En la película que este 15 de junio llega a salas de cine (en un fin de semana difícil para Wes Anderson, pues compite con el esperado “The Flash”) el cineasta repite la fórmula a la que ya ha recurrido en sus filmes “Moonrise Kingdom” y “Viaje a Darjeeling”, al escribir el guión junto con Roman Coppola. Además trae de vuelta actores con los que ya está acostumbrado a trabajar como Jason Schwartzman (primo de Roman Coppola), Tilda Swinton y Willem Dafoe, y agrega algunos rostros nuevos a su lista como el veterano Tom Hanks, Bryan Cranston y Scarlett Johansson (cuyo personaje tiene una escena de desnudo).
Quien no vuelve es Bill Murray, que desde 1998 había aparecido en todas las cintas del director, y recientemente fue señalado por problemas de conducta (aunque Wes Anderson defendió al actor, según reportó Variety).
Precisamente es la lista de actores que se suman a esta cinta lo que nos invita a aventurarnos a verla, teniendo además de los ya mencionados a: Edward Norton, Adrien Brody, Steve Carell, Jeffrey Wright, Liev Schreiber, Hope Davis, Margot Robbie, Steve Park, Rupert Friend, Maya Hawke, Matt Dillon, Hong Chau, Tony Revolori, Jake Ryan y Jeff Goldblum; pero tristemente varios de ellos, como Margot Robbie o Dafoe, tienen bastante menos tiempo en pantalla del que quisiéramos.
La historia. Y, después de todo esto, ¿qué tal la trama? La historia podríamos simplificarla diciendo que es un filme que sigue a varias familias (la principal de ellas, la que encabeza Jason Schwartzman como Augie Steenbec), quienes llegan a “Asteroid City”, a donde llevan a sus hijos a una convención anual en la que las futuras promesas de la ciencia muestran los diferentes inventos que han desarrollado y por los que serán premiados, lugar en el que tendrán un encuentro cercano del tercer tipo. Todo esto desarrollado con un ritmo lento y reflexivo, escenarios tan perfectos que nos sugieren la atmósfera del teatro y actuaciones en ese mismo tono.
Pero en realidad de eso no va la película, pues haciendo uso de una meta narrativa se trata de un grupo de actores en la década de los 50, quienes están haciendo una obra llamada “Asteroid City”, por lo que la historia está dividida en actos y es narrada por el personaje de Bryan Cranston (cosa que en cierto punto se puede volver confusa para el espectador).
El mensaje. Al final del día, el filme cumple al tener los elementos clásicos del director, ya mencionados, y al incluir sutilmente reflexiones alrededor de la muerte y qué es lo que pasa después de ella, cuál es el sentido de la vida, si existen seres vivos en otros planetas y hasta el que podría ser un guiño a la pandemia cuando a todos los personajes los ponen en cuarentena. Sin embargo (y para quienes no sean fans de Wes Anderson) puede convertirse en una película tediosa pues el ritmo se toma su tiempo en los detalles y deja ser a los personajes.
Dentro de la filmografía de Wes Anderson no alcanza, en mi opinión, a estar a la altura de cintas como “Isla de perros” o “Hotel Budapest”, pero, quién sabe, tal vez luego de verla por segunda ocasión mi impresión cambie.