Los Ángeles, California.- Devastada por los incendios forestales, Los Ángeles debió enfrentar este domingo nuevas y peligrosas ráfagas de viento, mientras las autoridades prometieron que los bomberos estaban listos para combatir cualquier nueva conflagración.
Al menos 16 personas han muerto a causa de los incendios que arrasan la ciudad californiana desde hace cinco días, reduciendo comunidades enteras a escombros y dejando a miles de personas sin hogar. Otras 16 personas han sido reportadas como desaparecidas.
De acuerdo al alguacil del condado de Los Ángeles, Robert Luna, los desaparecidos se concentran en los incendios de Eaton y Palisades, los dos más grandes y destructivos, y anticipó que la cifra “absolutamente aumentará” en las próximas horas.
Sin embargo, agregó que entre los desaparecidos no figuran menores de edad.
En rueda de prensa, Luna dio cuenta además del arresto de 29 personas en la zona de los incendios, 25 de ellas en el de Eaton, el noreste del centro de Los Ángeles, que ha quemado más de 5 mil 700 hectáreas y destruido al menos 7 mil estructuras.
Este incendio, considerado ya entre los más mortales en la historia del estado, ha sido contenido en un 27%, de acuerdo a los bomberos de California, que señalan que el gigantesco incendio de Palisades aún sigue contenido en un 11%.
Entre los detenidos hay dos personas arrestadas cerca de la casa de la vicepresidenta Kamala Harris en Brentwood por violar el toque de queda, informaron medios locales citando a la policía.
Las autoridades estadounidenses advirtieron este domingo que vientos “fuertes y peligrosos” podrían impulsar los incendios forestales hacia áreas residenciales de Los Ángeles, mientras los bomberos luchan por combatir las llamas.
“Los vientos se están volviendo de nuevo potencialmente peligrosos y fuertes”, dijo a la cadena CNN Deanne Criswell, directora de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
El jefe del Departamento de Bomberos del Condado de Los Ángeles, Anthony Marrone, dijo que su departamento había recibido recursos, incluidas decenas de nuevos camiones cisterna y bomberos de lugares lejanos, y que estaba preparado para enfrentar la renovada amenaza.
Cuando se le preguntó acerca de si los hidrantes podrían quedarse nuevamente sin agua, como sucedió durante el brote inicial de incendios la semana pasada, la alcaldesa Karen Bass respondió: “Creo que la ciudad está preparada”.
Mientras tanto, la frustración aumentaba mientras los evacuados esperaban todo el día en los perímetros de la zona de desastre, con la esperanza de que se les permitiera visitar sus hogares e intentar recuperar medicamentos vitales y mascotas.
A pesar de los esfuerzos, el incendio de Palisades siguió creciendo, avanzando hacia el este en dirección a la invaluable colección del museo de arte Getty Center y hacia el norte, camino al densamente poblado Valle de San Fernando.
En algunas zonas, el fuego convirtió casas en cenizas y dejó rastros de metal fundido de los coches quemados.
Una breve pausa en el viento dio paso a ráfagas que, según los meteorólogos, podrían alcanzar hasta 80 kilómetros por hora el domingo por la mañana y alimentar los incendios durante los próximos días.
Se esperaba que los vientos se debilitaran más tarde el domingo antes de volver a aumentar durante la noche, según el Servicio Meteorológico Nacional.
La repentina avalancha de gente que necesita un nuevo lugar para vivir en los próximos meses puede complicar la dinámica para los inquilinos de la ciudad, que ya no la tenían fácil.
“Estoy de nuevo en el mercado junto a decenas de miles de personas”, dijo Brian, un jubilado de 69 años cuyo apartamento de alquiler controlado se incendió. “No pinta bien”.
Los controles de seguridad han dejado frustrados a los residentes, que hacen hasta 10 horas de cola para intentar volver a entrar y ver qué queda de sus hogares.
Las quejas por esa mala gestión se suman a otras críticas, como por hidrantes que se secaron en el incendio inicial.
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