Es como una de esas historias que solo imaginan los guionistas de Hollywood. El Sheriff Tiraspol le pegó al Real Madrid en la Champions League.

Después de una de los resultados más improbables en la historia del torneo, el Real Madrid ocupó la posición número uno en Google Trends, con más de medio millón de búsquedas.

Eso lo provocó el Sheriff Tiraspol, un club que ni siquiera representa a un país.

El Estadio Santiago Bernabéu fue la sede donde con sus goles el uzbeko Jasurbek Yakhshiboev y el luxemburgués Sébastien Thill pusieron de cabeza al mundo, un 2-1 que parecía imposible.

No hay un equipo con tantos títulos (13) y juegos de Champions (445) como el Madrid, Su valor es 64 veces mayor al del debutante en este torneo, un club que por increíble que parezca hoy lidera, con 6 puntos, el Grupo D en el que hay históricos como los blancos o el Inter.

Además, el Sheriff Tiraspol goza del reconocimiento internacional que ya quisiera Transnistria, el territorio en el que ubica y que se autoproclamó como un país, pero que el mundo no reconoce como tal.

La llamada República Independiente de Transnistria se llama así desde 1990, luego de la caída de la URSS. Es pro rusa. En su bandera destacan la hoz y el martillo de las antiguas repúblicas soviéticas. Moldavia reclama el territorio como suyo y la comunidad internacional así lo acepta. Hubo un breve conflicto bélico entre ambos, cuyo cese al fuego se pactó en 1992; la realidad es que nunca se resolvió el conflicto. Se puede decir que el Tiraspol juega en tierra de nadie o, mejor dicho, en tierra de Viktor Gushan.

Se trata de un antiguo miembro de la KGB, la agencia de inteligencia rusa sobre la que tantas historias se han documentado. Él es dueño de la empresa Sheriff LLC (que fundó en 1993) y la cual tiene ramificaciones en el mercado de la energía, construcción, alcohol, tabaco, gasolinerías, telecomunicaciones, gimnasios y, por supuesto, del futbol. Se dice que el 70 por ciento de la economía depende de este conglomerado, de acuerdo con el medio El Independiente.

“Sheriff tiene el monopolio en la importación de tabaco y bebidas alcohólicas y además está exenta de muchos aranceles. Según la prensa rusa, el consorcio pagó siete millones de dólares en impuestos entre 2006 y 2011, cuando debería haber pagado casi mil millones. Forbes calcula que este oligarca tiene una fortuna de 2 mil 300 millones de euros”, informa el mismo medio.

Se cree que la empresa pagó la campaña presidencial de Vadim Krasnoselsky.

Ahí, en ese territorio surgió, en 1997, el club que a nivel local es un monstruo y que se desempeña en la Liga de Moldavia (con 19 títulos), pero que a nivel internacional era un fantasma hasta que le tocó el grupo del Real Madrid en la Champions, tras eliminar en las rondas previas al Teuta (Albania), Alashkert (Armenia), Estrella Roja de Belgrado (Serbia) y finalmente al Dinamo Zagreb (Croacia).

El equipo tiene jugadores de sitios tan lejanos como Brasil, Colombia y Perú hasta Malaui, Malí o Ghana.

Uno de sus futbolistas, nacido en Luxemburgo hace 27 años y cuyo valor de mercado es de 400 mil euros, es Sebastien Thill, otro que por un momento abandonó el anonimato y del que ya circulan fotos de su tatuaje en el gemelo izquierdo, en el que aparece su imagen con el dorsal 31 mientras piensa en el trofeo de la Champions.

Gracias a ese mismo jugador, aquellos que hicieron la apuesta imposible recibieron su inversión multiplicada por 20.

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