Pedro Meyer es un visionario. Pionero de la fotografía digital en México, desde 1990 se interesó por aprender el uso y las implicaciones del arte y lo digital. “El cambio no me da miedo. Me da miedo tal vez lo contrario: el no cambio”.

Y añade: “Pienso que en los últimos 50 años el mundo se alfabetizó visualmente como nunca se lo había imaginado ni programado. Pienso que el ser humano es primordialmente visual”.

Ofrece una cifra contundente: el número de fotos que se suben a la red en una mañana supera la cantidad de fotos en los 150 años en la historia de la fotografía.

Se propuso cambiar los paradigmas de exhibición con su proyecto Herejías, en 2008, cuando 64 museos del mundo mostraron de manera simultánea una retrospectiva de su obra.

Creó en 1973 el Grupo Arte Fotográfico, antes del Consejo Mexicano de Fotografía que fundó con Lázaro Blanco Fuentes y Raquel Tibol, entre otros, con el que organizó los tres primeros Coloquios Latinoamericanos de Fotografía, algo importante para el desarrollo de la disciplina a nivel continental.

Y fue instigador de la creación del Premio de Ensayo Fotográfico de la Casa de las Américas de Cuba, y en el sitio web ZoneZero alojó, desde 1993, el trabajo de mil 500 fotógrafos. “Eso es el dar”, dice Meyer, quien ha invertido sus ahorros en las iniciativas.

Como fue impulsor de la creación del Centro de la Imagen en el 94. “Desde el nombre”, ataja.

Por otra parte, está el Foto Museo Cuatro Caminos, el más reciente eslabón de una cadena de esfuerzos que fue producto de la lección aprendida de sus padres, agradecidos con México, su tierra de acogida: siempre es más importante dar que tomar.

Fue en 2015, en la ex-fábrica de plásticos de su padre, en los límites de la Ciudad de México y Naucalpan, y para ello creó la Fundación Pedro Meyer en 2004. Aunque el lugar cerró el año pasado, debido a la corrupción, robos e intentos de extorsión del crimen organizado; la pandemia le dio el tiro de gracia.

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